SERVICIOS FINANCIEROS PARA LOS POBRES RURALES 5 DE MAYO AL 25 DE JULIO FIDAMERICA
FONDO INTERNACIONAL DE DESARROLLO AGRICOLA (FIDA)
La Visión del FIDA El FIDA debe ser el líder en mostrar la forma de superar la pobreza rural y el hambre, en infundir energías para hacerlo, y en liberar toda la capacidad de los pobres rurales, nuestros clientes, mediante su propia participación. Junto a nuestros socios, aseguraremos el diseño e implementación de programas con impactos sostenibles que sean, al mismo tiempo, innovadores, eficientes en función de los costos, aplicables a varias situaciones y que respondan a las expectativas de los pobres rurales y de nuestros Estados Miembros. Deseamos que FIDA sea la institución catalizadora de un proceso de enriquecimiento mutuo que movilice los recursos y conocimientos en una coalición dinámica, complementaria y estratégica que incluya a los clientes, gobiernos, instituciones de desarrollo y financiamiento, ONGs y al sector privado. Nuestro rol de liderazgo depende del trabajo en equipo de personas altamente motivadas, bien entrenadas y eficientes,que se sienten comprometidas con la causa de los pobres rurales. Deseamos convertirnos en una Organización de Conocimientos sobre la pobreza rural, compartiendo, para ello, las lecciones aprendidas gracias a nuestra propia experiencia, reuniendo las perspectivas y conocimientos de otros, y actualizándonos constantemente a la luz de la evolución de las circunstancias. Resumen Ejecutivo El FIDA reconoce la importancia del objetivo de la Cumbre del Microcrédito de llegar a 100 millones de las familias más pobres del mundo, especialmente a las mujeres, con servicios crediticios y otros servicios financieros y comerciales de aquí al año 2005. Para impulsar esta meta, FIDA se compromete a asignar hasta un 30% de su propia cartera de créditos, o aproximadamente US$ 125 millones al año, a fin de promover servicios financieros a los más pobres de aquí, al año 2005. Experiencia del FIDA en Microfinanciamiento Desde que el FIDA se inició en 1977, ha dirigido su ayuda financiera a los pobres rurales, principalmente mediante sus programas de microcrédito. El FIDA considera que bajo una variedad de condiciones, los pobres reúnen los requisitos para ser financiados, aun en presencia de grandes adversidades. El hecho de invertir en asociaciones de productores, cooperativas rurales , cooperativas de créditos y en grupos o personas de bajos ingresos, especialmente mujeres, que operan negocios pequeños de producción agrícola o microempresas relacionadas con el procesamiento y la comercialización, abre el camino para mejorar substancialmente su integración en el sistema de mercado. El FIDA ha adquirido su experiencia gracias a más de dos décadas de asistencia a los pobres rurales. Hasta la fecha, el FIDA ha comprometido más de 1 billón de dólares en servicios financieros y crediticios a los pobres rurales, lo que representa alrededor del 25% del financiamiento total de la institución. Estimamos que la promoción que ha efectuado el FIDA para el financiamiento en pequeña escala en áreas rurales ha beneficiado al menos a 20 millones de personas. Las lecciones que hemos aprendido El FIDA continuará compartiendo los conocimientos y experiencia que ha adquirido en casi dos décadas de actividades. En todo este tiempo, el FIDA ha descubierto que aunque el acceso a mecanismos crediticios y de ahorro es crucial para el desarrollo, por lo general, estos mecanismos por sí solos no son suficientes para asegurar el desarrollo sostenible de los pobres rurales, quienes también necesitan formas de vinculación a sistemas de distribución para su producción, entre los que se incluyen caminos adecuados a los mercados, acceso a tecnología, capacitación técnica, precios razonables para sus productos y un clima regulatorio favorable. Los asuntos relativos al género en el diseño de los proyectos son importantes para asegurar que la asistencia en créditos ayude a facultar a las mujeres pobres rurales para integrarse al mercado. A menudo se requieren servicios financieros más amplios que complementen la disponibilidad crediticia en sí, como por ejemplo mecanismos de ahorro, un lugar seguro para depositar el dinero, capacidad de transferencia y seguros. Las estrategias de desarrollo deben ser diseñadas y adaptadas específicamente, según las necesidades de cada país, para ayudar a crear una cultura de ahorro monetario entre los pobres, para eliminar las políticas gubernamentales que desincentivan de hecho el microcrédito, y para abrir flujos de capital a los pobres que están en condiciones de ser financiados por bancos. Estas estrategias incluyen una variedad de actores y modelos institucionales a nivel local, regional y nacional. Los aspectos claves implican la selección de las formas más apropiadas para desarrollar y articular en un sistema intervinculado coherente, la capacidad financiera de los pobres, de sus asociaciones, de las instituciones intermediarias financieras, de las agencias gubernamentales, e incluso la capacidad de los donantes internacionales. Si nuestras esperanzas se concretan, la Cumbre de Microfinanciamiento impulsará un desarrollo sostenible y responsable en el campo del microfinanciamiento, lo que significa concentrarse en desarrollar las capacidades, especialmente en el sector local y no gubernamental. Los estudios demuestran que muchas instituciones, en particular las ONG pequeñas que proporcionan créditos y servicios financieros a los pobres, tienen dificultades para rendir informes sobre datos financieros estándares, al igual que para solucionar problemas comunes administrativos y de negocios. El FIDA cree que:
El FIDA también espera que cada donante internacional evalúe cuidadosamente su capacidad para impulsar las metas de la Cumbre. Creemos que ellos deben ayudar a mantener el foco central en los pobres, proteger sus fondos para préstamos, promover los estándares de rendimiento de todo el sector y, fortalecer la provisión de los servicios no financieros. También deben ayudar a establecer un cuadro de expertos técnicos en microfinanzas, a fortalecer los centros de capacitación y a promover lazos sostenidos con el capital comercial; de la misma forma, deben tratar de asegurar un ambiente regulador favorable. La lección más importante extraída de la experiencia en microfinanciamiento del FIDA es que los donantes se deben concentrar en apoyar instituciones o redes de instituciones viables que satisfagan las necesidades reales de los pobres rurales. El FIDA busca adoptar un enfoque sistémico y de redes para microcrédito en cada uno de los países que atiende, examinando toda la gama de sistemas de financiamiento local dentro de los cuales operan sus grupos de clientes. Después de esto, intentamos diseñar proyectos que fortalezcan los lazos más cruciales de la cadena a nivel comunitario, regional y nacional. El FIDA busca impulsar las innovaciones en materia de microfinanciamiento, adaptadas al contexto de un país o región en particular. Por ejemplo, los mecanismos orientados por la demanda, la participación del sector privado, la toma de decisiones participativa y los grupos de ahorro y créditos basados en la comunidad son, naturalmente, bastante conocidos en algunos países, pero cada uno de ellos es, de hecho, un concepto innovador en países dominados por subsidios gubernamentales y por programas de crédito centralmente dirigidos. De la misma forma, en algunas áreas, la creación de incentivos para que la banca privada participe en proporcionar servicios financieros a los pobres rurales es algo ya probado en algunas áreas, mientras que en otras, estos mecanismos son alternativas innovadoras. El Compromiso del FIDA El FIDA está bien posicionado para jugar un rol clave en el fortalecimiento de la capacidad de entrega de servicios financieros a través del desarrollo de la capacidad a nivel de clientes y de la consolidación de instituciones que proporcionan servicios financieros a clientes que pueden utilizarlos prontamente. En el proceso, la asistencia del FIDA será complementada y, a la larga, substituida por fondos movilizados localmente o por capitales del sector financiero comercial. El FIDA considera que las enormes metas de la Cumbre sólo se pueden alcanzar si se aborda derechamente una variedad de asuntos críticos: desarrollo de la capacidad a nivel local, nacional e internacional; enfoques innovadores para alcanzar la sostenibilidad; mejoramiento de la política nacional; mayor coordinación entre los donantes y difusión de conocimientos de las mejores prácticas. De acuerdo con lo anterior, hemos identificado un número de contribuciones que el FIDA espera realizar en estas áreas, proporcionando:
El FIDA está comprometido a continuar sus esfuerzos para dar al microfinanciamiento un rol importante en su planificación y en el diseño de programas de asistencia a los pobres rurales. Creemos que el FIDA está bien posicionado para promover el desarrollo de servicios financieros sostenibles que satisfagan las necesidades de los pobres del mundo y nos sentimos honrados de participar en los esfuerzos de la Cumbre hacia el cumplimiento de esta meta.
I. La visión del FIDA Desde que hace 20 años se iniciaron las actividades del FIDA -Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, éste ha jugado un rol único en el sistema de las Naciones Unidas puesto que (1) es una institución de préstamos, y (2) se concentra estrictamente en los pobres rurales de los países de bajos ingresos. El FIDA ha establecido una experiencia como institución financiera multilateral de llegar a las áreas y poblados rurales más desposeídos, los cuales, por lo general, son ignorados por los principales bancos de fomento. Los pequeños productores, las mujeres rurales y los campesinos sin tierras constituyen el objetivo central de la asistencia del FIDA. Los proyectos del FIDA están explícitamente dirigidos a ellos. Las metas a largo plazo del FIDA tienen por objeto garantizar una seguridad alimentaria a nivel de hogar que sea sostenible, mediante la integración de los pobres rurales en el flujo principal del desarrollo económico rural y nacional, proporcionándoles, a la vez, la capacidad para incursionar con éxito en este nuevo ambiente económico. Gracias a las dos décadas de apoyo microfinanciero en algunas de las áreas que presentan economías menos desarrolladas del mundo, el FIDA puede afirmar que, bajo una variedad de condiciones, los pobres rurales, reúnen, de hecho, los requisitos para ser financiados, incluso en presencia de grandes adversidades. Por lo tanto, el FIDA reconoce la importancia y validez de las metas de la Cumbre de Microcrédito en cuanto a lanzar una campaña mundial que llegue a 100 millones de las familias más pobres del mundo, en especial a las mujeres de esas familias, proporcionándoles créditos y otros servicios comerciales y financieros de aquí al año 2005. En este informe, el FIDA presenta sus puntos de vista tanto sobre las oportunidades y dificultades potenciales que enfrenta la comunidad financiera a medida de que avanzamos juntos en pro de esta enorme meta. El FIDA entiende el microfinanciamiento, definido a grandes rasgos, como la entrega de crédito, ahorro y otros servicios financieros a hogares pobres y/o microempresarios. Las instituciones de microfinanciamiento proporcionan los servicios financieros a los pobres, ya sea como parte de sus operaciones comerciales, o como una actividad exclusiva. A. Los pobres rurales: Punto de acceso del FIDA. La pobreza rural es generalizada en el mundo entero y afecta a muchas más personas que la pobreza urbana. La pobreza rural nutre a la pobreza urbana puesto que los pobres rurales abandonan las zonas rurales marginales y emigran a las barriadas de las ciudades en busca - a menudo en vano - de oportunidades y trabajo. El FIDA, en su definición amplia de los pobres rurales, incluye a los productores de bajos recursos y sus familias que se dedican a negocios pequeños en la producción agrícola, a menudo en actividades de procesamiento y comercialización, y a microempresarios de actividades rurales no agrícolas. Lamentablemente, muchos gobiernos y donantes internacionales no reconocen la importancia del hecho de que las familias de pobres generen sus propios empleos como una estrategia para infundirles seguridad y ayudarlas a salir de la pobreza. En los sistemas de libre mercado, incluso los productores agrícolas más pobres son, de hecho, empresarios comprometidos en la comercialización de sus productos . Los clientes del FIDA son los pobres rurales, principalmente los pequeños campesinos y productores, pero también los pobres que no poseen tierras y que necesitan ayuda para establecer o afianzar su base productiva, a los cuales no se puede vincular inmediatamente a la producción agrícola. Mujeres rurales El FIDA está particularmente interesado en el avance económico y social de las mujeres rurales. Se estima que alrededor de 200 millones de mujeres adultas de los países en desarrollo, la mayoría de ellas con residencia en áreas rurales, viven en condiciones de extrema pobreza. El proporcionarles los medios para tener una mejor calidad de vida no sólo es invertir en sus familias, sino también en las generaciones futuras. El FIDA ha estado a la cabeza en el apoyo a los nuevos planteamientos emergentes que ayudan a las mujeres pobres rurales, más allá de su pobreza, a considerar la marginación, falta de movilidad social y gran aislamiento del que son objetos. Desventajas múltiples Los pobres rurales a menudo se ven severamente afectados por su incapacidad para acceder a servicios de ahorro y crédito. No obstante, ésta es sólo una de las dificultades que aquejan a los productores pobres y en pequeña escala; y además, los servicios financieros por sí solos no son suficientes para ayudar al desarrollo de los pobres rurales, quienes tienen una variedad de otras necesidades que son complementarias a los créditos. Los créditos para semillas y fertilizantes pueden resultar incluso contraproducentes si sobreexigen la precaria base financiera de una familia, si faltan las condiciones para el almacenamiento, transporte o distribuidores para las cosechas. Dado que los mercados rurales son, por lo general, muy limitados para absorber grandes aumentos de la producción local, los pobres necesitan estar mejor vinculados a sistemas mayoristas de distribución, nacionales e internacionales. También necesitan mejorar el marco de competitividad de sus sistemas de producción valiéndose para ello de mejores tecnologías, capacitación técnica, redes de transporte y materias primas, al igual que de un ambiente regulador que les permita desenvolverse. Costos de transacción Los clientes del microfinanciamiento deben ser considerados en el contexto de las economías en las que luchan por sobrevivir. Los pobres rurales, generalmente, no operan a una escala que les permitiría acceder al capital, mercados, información y tecnologías de la economía formal. Los costos de transacción que enfrentan los pequeños productores para acceder a mercados, a la información para expandir su producción e ingresos son, a menudo, prohibitivos. De la misma forma, los costos de transacción de la prestación de los servicios financieros a los clientes pobres son relativamente altos ya que requieren pequeños montos de capital y obtienen poca producción. Los poblados en que viven a menudo son remotos y dispersos. Por lo tanto, el FIDA tiene como objetivo promover los lazos entre grupos de clientes pobres y prestadores intermediarios de servicios financieros, tanto formales como informales y, de esta manera, reducir los costos para los clientes de los proyectos al igual que para los intermediarios y prestadores de servicios. El desarrollo de tecnologías organizacionales para reducir los costos de transacción de los servicios que se proporcionan a los clientes pobres, como por ejemplo, sistemas descentralizados de financiamiento para grupos, es un factor crítico en el impulso de tales vínculos. Para extender los servicios comerciales necesarios para reducir la pobreza desde su base, es imprescindible encontrar maneras de proporcionar pequeños préstamos para capital de trabajo que sean más eficientes en relación a los costos. Los clientes Es fundamental tener una visión de los hogares pobres y su flujo de caja y oportunidades de inversión a fin de diseñar instrumentos de crédito efectivos para los pobres. Evidentemente, el crédito no es la necesidad esencial de las familias cuyos retornos potenciales a la inversión son insuficientes para satisfacer la amortización de los créditos ni de aquéllos que se muestran indiferentes respecto de su participación en el programa. Los requerimientos de servicios financieros de los clientes pobres rurales frecuentemente se centran en mecanismos de depósitos en custodia. En muchos poblados, cuando las cosechas han finalizado, la demanda por cuentas de depósitos sobrepasa con creces la necesidad de préstamos. De la misma forma, los donantes internacionales deben estar conscientes del grupo al que, en realidad, están llegando con sus servicios de microfinanciamiento. Aun cuando la Cumbre deja claro su objetivo de llegar a los más pobres, especialmente a las mujeres, nosotros, quienes pertenecemos a la comunidad de donantes, debemos reconocer que incluso las instituciones de microfinanciamiento centradas fundamentalmente en la pobreza, no siempre son capaces de ayudar a los segmentos más pobres de los mercados a los que sirven. Muchas de las instituciones financieras pequeñas necesitan mejorar en gran porcentaje sus métodos, productos e incentivos corporativos para llegar a los sectores más necesitados. Además, debemos reconocer que los recursos de créditos destinados a las mujeres pueden ser, en ocasiones, involuntariamente transferidos a sus maridos. Por tanto, se necesitan enfoques y técnicas sensibles al género que aseguren que los servicios de microfinanciamiento lleguen, de hecho, a las mujeres y las faculten para desarrollarse. En el Cuadro uno, a continuación, se describe un ejemplo de un proyecto en India diseñado por FIDA para llegar con mayor efectividad a las mujeres pobres rurales. FIDA respalda el esfuerzo de muchas personas en la comunidad de desarrollo en el fortalecimiento específico de la capacidad de los prestadores de servicios de microfinanciamiento internacionales. Para los pobres rurales, es necesario contar con instituciones que puedan administrar los costos y riesgos de proporcionar servicios financieros a los pobres, lo que responde a la flexibilidad ante la variedad de necesidades financieras entre los pobres rurales. B. Los prestadores de servicios de microfinanciamiento: los cimientos de los sistemas financieros globales Según la experiencia del FIDA, quienes prestan servicios de financiamiento son efectividad pertenecen a una amplia variedad de instituciones, que incluyen asociaciones gremiales, cooperativas, bancos comunales, bancos comerciales, ONG de negocios e instituciones de financiamiento especializadas. Ellos pueden llenar el vacío creado por los bancos comerciales convencionales y los bancos de desarrollo estatales, organismos que carecen de tecnologías de servicios eficientes en relación a sus costos, y además, pueden mejorar su infraestructura o los sistemas de incentivos internos a fin de extender su base de clientes a los pobres. Para llenar este vacío se necesita una institución financiera que administre los riesgos específicos y los costos relativamente altos de las pequeñas transacciones financieras asociadas a los clientes de microfinanciamiento. Por sobre todo, se requiere de un compromiso financiero de invertir en la creación de una base de datos a largo plazo, la cual, si se administra adecuadamente, puede ser bastante beneficiosa - aunque por lo general menos lucrativa para los negocios a corto plazo, que para de largo plazo. Es precisamente en estas áreas donde los prestadores de servicios de microfinanciamiento sostenible han concentrado sus energías empresariales. Desde que FIDA inició sus actividades, ha ayudado a financiar la puesta en marcha de instituciones de microfinanciamiento gubernamentales especializadas, como por ejemplo Grameen Bank de Bangladesh. FIDA ha reconocido desde el comienzo que los bancos de desarrollo estatales, que fueron creados durante los últimos cuarenta años para servir a clientes que no calificaban para acceder al sector bancario comercial, eran incapaces de satisfacer el desafío doble que presentaba la sostenibilidad financiera y el acceso de los pobres a sus servicios. Aunque de hecho FIDA ha proporcionado apoyo financiero a algunos bancos oficiales de desarrollo, ha distribuido su financiamiento a través de entidades de microfinanciamiento basadas en la comunidad, como por ejemplo bancos comunales, asociaciones gremiales, cooperativas, ONG comerciales y bancos comerciales progresistas. Muchas de estas instituciones incorporan el microfinanciamiento en su amplia cartera, mientras que otras se han centrado exclusivamente en servir a los pobres.
Mientras trabajemos en forma colectiva hacia el desarrollo de sistemas financieros nacionales que sirvan realmente a los pobres, debemos estar conscientes de que aún cuando, hasta la fecha, hemos aprendido muchas lecciones gracias a nuestra larga experiencia, todavía quedan muchos aspectos que debemos comprender mejor y, numerosas preguntas sobre cómo estructurar y apoyar de la manera más eficiente a quienes prestan servicios de microfinanciamiento a nivel de consumidores en áreas rurales remotas que son sostenibles. C. El próximo paso crítico: Promover el crecimiento responsable Las pruebas indican que muchos de quienes prestan servicios de microfinanciamiento están ampliando sus carteras con mucha rapidez en respuesta a la demanda acumulada de su base de clientes, lo que expresa en parte un cambio que va desde la producción de subsistencia hasta la producción basada en el dinero en efectivo. Aunque no existen datos sólidos, a nivel mundial los datos específicos de cada país sugieren que actualmente en el mundo hay más de 200 millones de pequeños productores y microempresarios que operan fuera del sector de créditos formal. La Cumbre establece la ambiciosa meta de llegar a la mitad de este número en sólo ocho años. Por lo tanto, a medida que trabajemos juntos para alcanzar esta enorme meta de la Cumbre , debemos emplear métodos y técnicas que aseguren que el crecimiento en microcrédito no sólo sea rápido, sino, además, responsable y sostenible. Tendencias Institucionales Mundiales FIDA, como copresidente del Council on International Financial Institutions of the Microcredit Summit (Consejo de Instituciones Financieras Internacionales de la Cumbre de Microcrédito), está interesada en ciertas tendencias del sector del microfinanciamiento, las que se hicieron evidentes en un estudio reciente realizado por el Banco Mundial sobre 1.000 instituciones de microfinanciamiento que operan en 101 países, en las que se ha trabajado por más de 3 años y servido a más de 1.000 usuarios. Estas instituciones incluyen ONGs, bancos especializados y asociaciones gremiales. De estas 1.000 instituciones, se realizó una análisis transversal detallado a 206 de ellas. En septiembre de 1995, estas instituciones estaban proporcionando colectivamente US$ 7 billones en préstamos a más de 14 millones de clientes y habían movilizado US$19 millones en 45 millones de cuentas de ahorro activas. Como dato interesante, se puede afirmar que más de la mitad de estas instituciones estaban centradas en las mujeres y el monto promedio de préstamos era de US$162, mientras que para los hombres este monto ascendía a US$768. El estudio confirma la percepción común de un crecimiento exponencial en el sector. Las instituciones examinadas presentaron un aumento del 31% en sus operaciones crediticias en un sólo año entre 1993 y 1994. El 20% de estas instituciones de muestra se crearon en solamente dos años y la mayoría de estas nuevas instituciones eran ONGs. El crecimiento promedio de la cartera de préstamos de las ONGs en 1993-1994 que de 49%, lo que equivale al doble del promedio de crecimiento de los bancos de ahorro y asociaciones gremiales en el mismo período. Aunque el éxito de la expansión del microfinanciamiento en cuanto a volumen y extensión es causa de optimismo, muchas de las vulnerabilidades comúnmente citadas por los observadores del sector del microfinanciamiento parecen ser confirmadas por el estudio, y deben ser abordadas para garantizar servicios de calidad e integridad financiera y, consecuentemente, sostenibilidad a largo plazo frente a esta rápida expansión. Por ejemplo, una de las conclusiones del estudio fue que muchas de las instituciones, principalmente las ONGs, tenían dificultades para organizar informes sobre datos financieros estándares. Muchas de estas organizaciones operaban con presupuestos mínimos, lo que les impedía proporcionar datos financieros sólidos y oportunos como les solicitaban los donantes. FIDA aborda estos asuntos de capacidad institucional en su estrategia y en sus iniciativas para apoyar al sector, presentadas en la Sección III. Instamos a otros participantes de la Cumbre a estar atentos en cuanto a las presiones sobre el sector de microfinanciamiento y a ser prudentes en sus esfuerzos de expansión. FIDA considera que uno de sus mandatos es fortalecer el rigor institucional de la entrega de servicios microfinancieros de manera que quienes proporcionan servicios a nivel de clientes puedan, a la larga, captar recursos de capital de los mercados comerciales. Necesidad de crear la capacidad para asegurar el crecimiento responsable Las instituciones de microfinanciamiento deben desarrollar su capacidad para satisfacer los estándares comerciales de la actividad financiera a fin de alcanzar la sostenibilidad y asegurar la continuidad del servicio a largo plazo. Por lo tanto, a medida que amplían su base de clientes para llegar a economías a escala, uno de los pasos críticos es asegurar que el crecimiento de su cartera no sobrepase su capacidad administrativa. En resumidas cuentas, asegurar que los sistemas administrativos estén siempre más adelantados que su carga. Esto incluye desarrollar un sistema de entrega que sea accesible para los clientes en términos de financiamiento y que examine a fondo la estructura de costos de su institución a fin de asegurarse de que no estén traspasando el costo de su ineficiencia a sus clientes. El término "creación de la capacidad" se utiliza ampliamente en relación con el microfinanciamiento, no obstante, la mayoría de las veces no está determinado lo que éste implica. Según FIDA, los elementos más críticos para la estrategia de creación de la capacidad son los siguientes: (i) Capacidad del cliente El punto de inicio es la capacidad de los clientes finales, las familias pobres en el mundo en desarrollo. Estas familias, por lo general, tienden a establecer un fuerte compromiso de amortización del préstamo. No obstante, nosotros, los donantes, debemos comprender cuándo se requiere un préstamo y cuándo se necesita otra asistencia que preceda al crédito con el objeto de lograr que familias verdaderamente indigentes puedan llegar a un punto en que estén en condiciones de usar un crédito en forma productiva. Es esencial una total comprensión de la capacidad de administración de créditos a nivel de familias y una evaluación profesional de otros requerimientos de servicios financieros. Las fluctuaciones en las necesidades de los clientes respecto de los servicios financieros y su capacidad de asumir riesgos es un resultado normal de los ir y venir del ciclo comercial local. Los servicios financieros complementarios que ayudan a desarrollar empresas agrícolas y no agrícolas mediante la asistencia técnica, expansión del mercado y creación de habilidades, aumentan la capacidad del cliente para desarrollar un ciclo de desarrollo sostenible. En muchas áreas remotas, los verdaderos indigentes deben ser conducidos cuidadosamente a un nivel donde puedan utilizar los préstamos en forma productiva. En consecuencia, es importante hacer la diferencia entre aquellos pobres que aún necesitan avanzar en su condición con ayuda externa hasta el punto en que puedan utilizar el microcrédito, y los otros pobres que ya poseen una capacidad productiva inmediata y algunas oportunidades de inversión. Es en este último grupo donde el acceso al microcrédito es el factor limitativo obligado y un obstáculo para el desarrollo. Naturalmente, las mujeres pobres rurales encuentran dificultades especiales en su calidad de pequeñas productoras o empresarias rurales: derechos legales y sociales desiguales, responsabilidades domésticas que demandan mucho tiempo, movilidad limitada y frecuentemente niveles más bajos de habilidades. Como resultado, se les presentan mayores limitaciones que las que se imponen a los hombres para iniciar negocios y, por tanto, requieren más que servicios financieros para superar tales obstáculos. Los servicios de ahorro, además de los préstamos, son críticos para desarrollar la capacidad de los clientes y ayudar a las familias pobres a crear un amortiguador financiero. De la misma forma, el ahorro crea una base de equidad en la familia y conduce a la formación de capital local, aspecto clave para reducir la dependencia de las comunidades pobres en la transferencia externa de recursos. (ii) Capacidad comunitaria La intermediación financiera depende del entendimiento mutuo entre el prestatario y el prestador en cuanto a que los contratos serán pagados. Las organizaciones de microfinanciamiento basado en la comunidad, como por ejemplo, sociedades de cooperativas primarias, grupos de autoiniciacativa financiera a nivel de poblados, y bancos comunitarios pueden originar confianza y cooperación y, por tanto, crear "capital social" proceso que, cuando tiene éxito, reduce los riesgos y los costos de transacción. El desarrollo del capital social genera beneficios comunitarios secundarios, al igual que fortalecimiento de la cohesión de una institución de microfinanciamiento en una comunidad pobre: la oportunidad para una mayor cooperación económica que reduce los costos totales de transacción de hacer negocios en la comunidad a gran escala. FIDA considera que la naturaleza participativa de las instituciones financieras descentralizadas de propiedad de los miembros y administradas por los miembros, ayuda a asegurar que los servicios financieros sean responsables ante los clientes y, que de esta manera, sean más viables en términos comerciales, lo que, a su vez, contribuye a la habilitación individual y colectiva de los miembros de la comunidad. FIDA promueve los sistemas de participación de los clientes como accionistas a través de los cuales los pobres rurales coparticipan en la estructura que rige las instituciones de microfinanciamiento. Según nuestra experiencia, la práctica de utilizar grupos simplemente como un mecanismo administrativo para el desembolso rápido de los préstamos sin tomar en consideración la cohesión social e interés económico común o las oportunidades entre los miembros, no ha funcionado y no debe confundirse con la creación de capacidad legítima a nivel comunitario. La capacidad de un grupo de participar en un programa de microfinanciamiento y su proceso de toma de decisiones es una ventaja preciosa que debe ser desarrollada cuidadosamente. (iii) Organizaciones intermediarias de microfinanciamiento Aunque las asociaciones basadas en la comunidad pueden proporcionar los cimientos para sistemas sólidos de entrega de microfinanciamiento, requieren organizaciones generales coordinadoras/intermediarias de microfinanciamiento, que (i) realicen labores de inspección a fin de garantizar la seguridad y solidez de sus operaciones, (ii) tengan acceso a fondos de préstamos adicionales, y (iii) aseguren asistencia técnica. Otra de la funciones que desempeñan los intermediarios mayoristas es servir a múltiples intermediarios minoristas a nivel nacional. Según la experiencia del FIDA, los enfoques de los intermediarios de microfinanciamiento siempre varían, no obstante, la sostenibilidad requiere de alto rendimiento en cuanto a la administración de los costos y riesgos. Los intermediarios de microfinanciamiento de alto rendimiento estructuran sus sistemas de prestación de servicios a fin de incentivar la amortización y efectividad según los costos en pequeñas transacciones financieras. Cuando trabajan con los más pobres que no cuentan con intermediarios colaterales efectivos, los intermediarios exitosos son quienes utilizan métodos simples para asegurar la presión de la comunidad para efectuar los pagos. (Ejemplo: Nadie en la comunidad recibe un nuevo préstamo hasta que todos los prestatarios están al día en sus pagos). Respecto a préstamos mayores a clientes mejor establecidos, se recurre a técnicas de evaluación del préstamo simples y que consideran la efectividad en función de los costos. (Ejemplo: Todos los prestatarios reciben su préstamo el mismo día y realizan su abono semanal en la misma fecha). Los intermediarios de alto rendimiento también concentran sus operaciones geográficamente y, luego, se expanden para alcanzar las economías a escala necesarias. Estructuran, de la misma forma, sus tasas de interés a fin de incorporar los costos totales del préstamo, incluyendo costos para cubrir riesgos del préstamo. Estas y otras técnicas prácticas y permiten a los intermediarios de alto rendimiento crear capital inicial, el que, por lo general, conlleva alguna forma de subsidios o donaciones iniciales. Para desarrollar verdaderamente la capacidad institucional desde el principio, una organización necesita tener una visión y esquema claros de lo que se propone realizar para alcanzar el crecimiento. Algunos intermediarios, como las ONGs, escogerán adecuadamente desempeñar sólo un rol provisional que vincule a las organizaciones basadas en la comunidad con instituciones del sector formal, mientras que otras elegirán desarrollar operaciones mayores y más integradas que aseguren la sostenibilidad de sus servicios. La mayoría de los intermediarios que se desarrollan con éxito pasan por un proceso de consolidación de sus sistemas administrativos, con lo cual se amplía su esfera para llegar a economías a escala 3, y financiar, en parte, su cartera gracias a fuentes comerciales de capital. Algunos intermediarios informales que son sostenibles financieramente procurarán emprender su proceso de transición a instituciones financieras formales capaces de financiar sus carteras, mediante la movilización de sus ahorros y de la incursión en los mercados financieros formales. En otros casos, los ahorros de poblados y grupos de crédito operan desde un principio como intermediarios financieros registrados, vinculados a organizaciones coordinadoras nacionales e internacionales amparadas bajo la misma legislación general (sin legislación bancaria y financiera intermediaria, código de cooperación, etc.). Naturalmente, algunos intermediarios exhiben una combinación de características que no se ajustan necesariamente y por completo a una categoría determinada. Existen enormes disparidades regionales en la capacidad de microfinanciamiento entre los continentes y dentro de ellos. Sin un prestador de servicios de microfinanciamiento no ha desarrollado una metodología que sea eficiente en función de los costos durante la etapa de puesta en marcha, el hecho de aumentar el tamaño de su organización no sólo continuará su ineficiencia sino que también incrementará sus déficits financieros. De acuerdo con esto, las estrategias de intervención del FIDA varían dependiendo del contexto regional. En Latino América y Asia, por ejemplo, FIDA se concentra en organizaciones de financiamiento con una metodología probada y que se esfuerzan por mejorar su rigor financiero a fin de incursionar en mercados comerciales (Latino América) u operar completamente con recursos de depósitos no movilizados internamente (Asia). En Africa, donde hay escasez de intermediarios de financiamiento, FIDA está promoviendo el establecimiento de instituciones a nivel comunitario. (iv) Capacidad a nivel nacional Desarrollar la capacidad para proporcionar servicios financieros a los pobres a nivel nacional requiere del compromiso y la cooperación de múltiples actores. En algunos países han surgido innumerables instituciones que prestan estos servicios en todo el país gracias al ambiente de cooperación favorable que existe entre las ONGs, los bancos comerciales y el sector público. Sin embargo, en la mayoría de los países en que FIDA opera, ésta debe incentivar a sus socios gubernamentales para que reconozcan la importancia del microfinanciamiento y mejoren su marco regulador a fin de vitalizar el sector y aumentar el acceso de los pobres. Los proyectos del FIDA también buscan facilitar los lazos nacionales e internacionales entre las instituciones financieras de autoiniciativa y los bancos comerciales. FIDA considera que la clave para revitalizar la meta de la Cumbre es fomentar el establecimiento de una vibrante comunidad de actores que trabajen juntos en cada país con el objetivo de crear un sistema financiero que, desde el nivel más bajo, sea totalmente accesible para los pobres. FIDA, en su iniciativa de servicios financieros diseñada recientemente para la República de Georgia, se ha asociado con el Banco Mundial y varios estratos gubernamentales con la meta de impulsar un gran movimiento de cooperativas de crédito en los sectores rurales de la República. (Ver Cuadro 2).
(v) Capacidad a nivel de donantes internacionales ¿Qué implican las consideraciones contempladas anteriormente en cuanto a estrategias de donantes internacionales como FIDA? A continuación se entrega una lista de las perspectivas del FIDA sobre aspectos que, según nuestro parecer, los donantes internacionales deberían considerar. FIDA es miembro fundador del Grupo Consultor de Asistencia a los más Pobres (Consultive Group to Assist the Poorest), organismo que desde 1995 coordina el trabajo de 14 donantes bilaterales y nueve agencias multilaterales de apoyo al microfinanciamiento; esto ha dado a FIDA la oportunidad de colaborar con otros donantes en la formulación de perspectivas sobre cómo traspasar colectivamente el microfinanciamiento a los pobres. En primer lugar, FIDA cree que cada donante debe evaluar críticamente su propia capacidad para apoyar el microfinanciamiento en una manera sostenida y creativa. A pesar de la extensiva experiencia del FIDA, consideramos que aún queda mucho por aprender y se debe continuar buscando maneras para incrementar nuestra propia capacidad para perfeccionar el diseño y entrega de los proyectos de microfinanciamiento. A continuación se resumen algunas de las lecciones claves que FIDA ha aprendido en cuanto a donantes internacionales.
II. Historial del Microfinanciamiento proporcionado por FIDA El microfinanciamiento siempre ha sido un elemento importante en la estrategia del FIDA para aliviar la pobreza rural, no obstante, la perspectiva del FIDA en el área del microfinanciamiento ha evolucionado con los años gracias a las lecciones aprendidas. En casi dos décadas de operación, FIDA ha asignado más de US$1 billón para apoyar la entrega de servicios financieros a los pobres rurales - lo que equivale al 25% de sus operaciones totales de préstamo. Aunque FIDA está aún muy lejos de encontrar todas las respuestas para este campo en constante evolución, la experimentación práctica ha enseñado a FIDA, al igual que a otros donantes y profesionales, a ser flexibles e innovadores en sus proyectos de microfinanciamiento. A continuación se presenta un resumen de cómo han evolucionado los enfoques del FIDA para llegar a los principios de desarrollo del sector de microfinanciamiento que recomendamos en este informe. A. Diseño del Proyecto Como se dijo anteriormente, nuestros proyectos de microfinanciamiento tienen como meta llegar a los pobres rurales, en especial a las mujeres, y a los productores agrícolas sin tierra o con pequeños terrenos. Los objetivos de estos proyectos son, en general, una combinación entre aumentar la seguridad alimentaria, incrementar y diversificar los ingresos y las oportunidades de empleo y habilitar a clientes de proyectos. Facilitar el desarrollo de las mujeres es especialmente importante. En una investigación reciente que incluyó 17 proyectos de microfinanciamiento organizados por FIDA, se concluyó que más del 50 % de estos proyectos estaban concentrados directamente en la mujer. Los proyectos del FIDA, como institución financiera internacional de las Naciones Unidas, operan dentro de ciertos procedimientos. Las operaciones crediticias del FIDA, que constituyen alrededor del 93% del total de sus programas, sólo pueden ser implementadas a través de gobiernos receptores que deben garantizar el préstamo a cualquier proyecto. No obstante, FIDA cuenta con varios instrumentos de donación - el otro 7 % de su programa - para apoyar directamente a entidades no gubernamentales. FIDA también moviliza recursos para subsidios de donantes bilaterales que son encargados en custodia para apoyar actividades específicas destinadas a reducir la pobreza rural. FIDA ha trabajado de cerca con los gobiernos para proporcionar apoyo tanto en el ámbito público como privado de las instituciones que prestan servicios de microfinanciamiento y, a menudo, utiliza su influencia y credibilidad con los gobiernos prestatarios a fin de incentivarlos a involucrar explícitamente a las ONGs en los proyectos. FIDA trabaja con varias instituciones diferentes para proporcionar servicios financieros. En el desarrollo de los proyectos, FIDA examina los sistemas financieros locales y nacionales dentro de los cuales opera su selecto grupo de clientes. Su objetivo es el diseño de proyectos para apoyar a aquellas instituciones con más alto potencial para proporcionar servicios de microfinanciamiento al grupo final de clientes. Según la necesidad, nos concentramos en asociaciones basadas en los clientes que trabajan en grupos de comunidades, en intermediarios minoristas de microfinanciamiento que se desenvuelven en una región de un país, o en intermediarios mayoristas y agencias gubernamentales que proporcionan servicios a nivel nacional. Dado que la capacidad institucional es, por lo general, muy limitada en áreas rurales, los proyectos FIDA pueden apoyar operaciones iniciales para ampliar el sistema financiero del país y servir a esas áreas. Más abajo se presentan brevemente estos aspectos institucionales para los proyectos del FIDA.
Instituciones intermediarias basadas en la comunidad minorista Como se ha afirmado, FIDA apoya a muchos tipos de intermediarios minoristas basados en comunidades que son de propiedad y administración de los "clientes", es decir asociaciones de ahorro y crédito, asociaciones gremiales, bancos de poblados, grupos de autoiniciativa o incluso bancos unitarios totalmente nuevos, que difieren ampliamente en su capacidad para proporcionar intermediación financiera completa. Por ejemplo, un proyecto del FIDA realizado en Albania con colaboración del Banco Mundial apoya a los Fondos de Crédito de Poblados (VCF - Village Credit Funds) que todavía no aceptan ahorros directamente. Los comités de créditos de los poblados toman decisiones respecto a las aplicaciones del crédito, pero no administran créditos concretamente. (Actualmente, se están realizando actividades piloto para transformar los VCF en Asociaciones de Crédito y Ahorro de Poblados - Village Savings and Credit Associations). En el otro extremo del espectro, las Asociaciones de Servicios Financieros (FSA) que están siendo coordinadas en un programa piloto por FIDA en Sudáfrica, y los proyectos actuales del FIDA en Guinea y Benin, han sido conceptualizadas desde un principio como intermediarios financieros multipropósitos, con un énfasis inicial en la movilización del capital y depósitos de ahorro (Ver Cuadro 4). Entre los ejemplos de instituciones minoristas basadas en la comunidad que usan varios enfoques para la intermediación se encuentran los Bancos Rurales de Ghana, los Grameen Bank Replicators en Filipinas, los Bancos de Campesinos de Nicaragua y el Fondo de Desarrollo Campesino de Paraguay (Ver Cuadro 5). FIDA también apoya la introducción de tales intermediarios financieros del sector privado directamente en áreas rurales como bancos comerciales, asociaciones de crédito, ahorros y productores, 2 cooperativas de crédito, organizaciones de tipo piramidal de grupos de autoiniciativa y ONGs. Esta variedad ayuda a crear un ambiente dinámico y competitivo para el microfinanciamiento. Instituciones Intermediarias Mayoristas Para alcanzar economías a escala, algunos de los proyectos del FIDA apoyan a intermediarios financieros minoristas a través de intermediarios mayoristas que operan a nivel nacional. Algunos de los proyectos crean fondos fiduciarios que canalizan el financiamiento a mayoristas tales como bancos comerciales semigubernamentales y/o bancos del sector privado para préstamos subsiguientes a minoristas financieros. En el proyecto del FIDA de la República de Macedonia, por ejemplo, el banco participante administra los fondos de los proyectos del FIDA como una cuenta fuera del balance general para préstamos a comercializadores rurales, grupos de poblados y productores individuales. En Nicaragua y otros países de Latino América, donde este modelo también goza de mucha popularidad, los bancos participantes son bastante discretos al fijar sus propias políticas de inversión y préstamo. La experiencia del FIDA demuestra que los mayoristas que administran fondos del FIDA para los cuales acuerdan asumir riesgos crediticios desarrollan una creciente responsabilidad en cuanto a los fondos de los proyectos. En países como Bangladesh, Nicaragua y Paraguay, el desarrollo de mayoristas del sector privado y público viables, constituye el mayor empuje del FIDA en las estrategias de microfinanciamento. En otros países, aunque el énfasis central del proyecto no está en los mayoristas, los mayoristas del sector público y privado, a la larga, se volverán importantes como "bancos de enlace" para los operadores que trabajan a nivel de individuos, a medida que los intermediarios se hagan cada vez más efectivos en sus comunidades.
Instituciones con Políticas Nacionales Las políticas nacionales que afectan a instituciones de microfinanciamiento están en constante cambio. Muchos de los países en desarrollo están experimentando cambios fundamentales en sus sistemas políticos y económicos con la liberalización de las normas, aumento de la competitividad y la privatización de empresas estatales, entre las que se incluyen instituciones financieras. Las reformas del sector financiero son parte de este proceso general. Uno de los efectos colaterales más frecuentes de estos cambios han sido las restricciones gubernamentales y la austeridad fiscal y monetaria que ha desincentivado a los bancos del sector público y comercial a prestar dinero a los pobres rurales y a las ONGs orientadas a los pobres. Debido a la imposición de estas medidas de austeridad, los servicios gubernamentales casi han desaparecido en las áreas rurales. En muchos casos, los proyectos del FIDA se han desarrollado en una situación en que el apoyo del gobierno para la intermediación financiera en las áreas rurales es mínimo o, simplemente, inexistente. Históricamente, FIDA ha apoyado el desarrollo de sistemas de microfinanciamiento en medios caracterizados por "represión financiera", es decir con fuerte intervención gubernamental y altos índices de inflación acompañados de depósitos y préstamos con tasas de interés extremadamente bajas, con lo cual se facilita el acceso del gobierno a capitales de ahorro nacional artificialmente baratos. A pesar de la creciente liberalización de las normas y del mercado y la privatización de las instituciones financieras gubernamentales en todo el mundo, los gobiernos de algunos países en desarrollo siguen jugando un rol fundamental en los mercados financieros, en especial los mercados financieros rurales. Esto tiene como resultado: (i) aumento de la propiedad estatal y de la administración de las instituciones financieras, (ii) distorsiones causadas por el establecimiento de impuestos y la provisión de subsidios para actividades en particular, (iii) regulación excesiva o inapropiada, (iv) limitaciones en las tasas de interés para los prestatarios y depositantes, y (v) directrices y cuotas para "préstamo prioritario" a la agricultura. La intervención gubernamental en el sector financiero está orientada parcialmente por la preocupación justificada de asegurar el acceso de los pobres al crédito, no obstante, el efecto neto de estas políticas ha sido, a menudo, el opuesto. La experiencia del FIDA demuestra que con las correctas indicaciones del mercado, es decir tasas de interés que reflejan el costo del crédito para el mercado, un gran número de pobres rurales pueden convertirse, de hecho, en clientes con capacidad crediticia. Tienden generalmente al ahorro, a largo plazo pueden convertirse en clientes de una variedad de servicios financieros, están dispuestos a pagar tasas de interés remunerativo por servicios eficientes y oportunos, e incluso pueden contribuir en la administración de servicios financieros a nivel minorista. B. Las lecciones aprendidas Se puede obtener un gran número de lecciones de la experiencia de microfinanciamiento del FIDA durante dos décadas. Eficiencia vs. extensión Como es obvio, FIDA enfrenta la tensión aparente entre la necesidad de llegar a economías a escala; por una parte, debe considerar la efectividad en cuanto a los costos y sostenibilidad y, por otra parte, su mandato de llegar a las familias más pobres de las áreas rurales. En este aspecto, las lecciones más interesantes aprendidas se derivan de los intentos por encontrar un equilibrio apropiado entre estos dos objetivos. La lección más importante y obvia es que el apoyo debe ser dirigido a instituciones de microfinanciamiento que son financieramente viables y que satisfagan los requerimientos prácticos y reales de los pobres rurales.
Oferta v.s demanda Estudios recientes sobre lecciones extraídas de evaluaciones de proyectos del FIDA realizados en el oeste de Africa y Asia destacan la importancia de diseñar intervenciones cuyo objetivo sea abordar tanto la demanda como la oferta del mercado de microfinanciamiento rural, es decir la provisión de créditos que satisfagan la demanda de préstamos y que faciliten e incentiven el ahorro entre los clientes, lo que, a su vez, genera la oferta de fondos para préstamos.4 En cuanto a la demanda, el enfoque de formación del grupo que ha tenido éxito bajo ciertas circunstancias en Asia, por ejemplo Bangladesh e Indonesia, a menudo no se ha ajustado a las realidades locales de cultura y dispersión física en el oeste de Africa, y ha tenido como resultado altas tasas de morosidad y un nivel mínimo en cuanto a propiedades por parte de los clientes. En lo que respecta a la oferta, la provisión de créditos dirigidos que cumplan metas predeterminadas de productividad agrícola, por ejemplo en Africa, no ha funcionado bien, especialmente cuando se ignora la capacidad de amortización de las familias individuales y, además, ha fracasado en proporcionar los incentivos apropiados a las instituciones financieras para continuar con sus operaciones una vez que se ha terminado el proyecto. Los proyectos de microfinanciamiento del FIDA, por lo general, comienzan abordando la demanda de los mercados de servicios financieros rurales - la perspectiva de los clientes - desde el punto de partida. Esto implica el diseño de proyectos que (i) trabajen con las estructuras locales, institucionales y comunales ya existentes, (ii) establezcan mecanismos básicos altamente participativos para la toma de decisiones, (iii) cree un sentido de propiedad entre los potenciales clientes, (iv) emulen algunos aspectos del sector financiero informal, y (v) desarrollen conciencia ciudadana dentro de la comunidad rural. Con el objetivo de asegurar su habilidad para capitalizar la propia iniciativa de los pobres rurales, numerosos proyectos consideran la necesidad de desarrollar algunas habilidades básicas. Por ejemplo, los proyectos del FIDA en Benin y Guinea enlazan los programas de alfabetización funcional al microfinanciamiento, reconociendo la inutilidad de introducir mecanismos financieros participativos y administrados localmente en un ambiente analfabeto casi en su totalidad (Ver Cuadro 6, resumen de un Taller del FIDA realizado recientemente en el Oeste francófono de Africa). Las recientes innovaciones del FIDA en lo que se refiere a la oferta del mercado de microfinanciamiento rural tienen como objetivo vincular a los pobres rurales con el marco financiero adecuado - y, en definitiva, al sector del mercado formal - en una forma sostenible. Este enfoque requiere de la participación de las instituciones del sector formal no acostumbradas a la creencia de que los pobres rurales están en condiciones de ser financiados por los bancos. La creación de incentivos para impulsar esta participación del sector formal representa un desafío central para el diseño. La creación paulatina de las instituciones y la adecuación de los productos financieros (la oferta) a la demanda real de crédito es una de las innovaciones claves. Enfoques integrales. Los enfoques integrales tradicionales tienen como resultado continuos conflictos entre la doble necesidad de alcanzar economías de escala, de ser eficientes en función de los costos y la intención de servir a las familias pobres rurales. Como hemos dicho anteriormente, estos objetivos aparentemente contradictorios pueden ser reconciliados, no obstante, para ello se necesitan enfoques innovadores y no enfoques que se van de la cumbre a la base. Dado que los pobres no conforman un grupo homogéneo, se requiere una variedad de servicios financieros para satisfacer sus múltiples necesidades - por lo tanto, soluciones desde la base hacia la cumbre. La clave para mejorar el acceso es un proceso obligatorio de selección de prestatarios, de oportunidades de mercado y de incentivos para la amortización de préstamos a nivel local. Los enfoques que promueven la propiedad local y capitalizan sobre los bonos existentes y, los principios que rigen la economía informal (por ejemplo, confianza, reputación, familia, presión del medio y coacción local) son críticos si se desea reconciliar el alcance y la sostenibilidad de la eficiencia en función de los costos.
Rol Catalizador del Apoyo Externo Aunque la movilización de los ahorros locales es importante para establecer disciplina financiera y una cultura de amortización, a menudo estos aspectos son insuficientes para que en las primeras etapas se permita que las oportunidades de inversión importantes rompan el círculo vicioso de la pobreza. Por lo tanto, los fondos externos son, por lo general, indispensables para que en la etapa de puesta en marcha se permita el acceso al capital y a nuevas tecnologías. No obstante, el requisito para el uso efectivo de los fondos externos es que deben ser canalizados a través de empresas financieras locales responsables y que existan oportunidades para microinversiones rentables. FIDA y otros donantes deben centrar su financiamiento en aquellas instituciones financieras y redes que sirvan a los pobres rurales y que hayan dado prueba de ser viables, y preocuparse de proporcionar apoyo a empresas financieras locales recientemente establecidas que a la larga serán capaces de satisfacer las pruebas de autoadministración y autofinanciamiento locales. Compartir las lecciones aprendidas FIDA trabaja en el decantamiento de las lecciones aprendidas de nuestra experiencia en proyectos. La Oficina de Evaluación y Estudios del FIDA actualmente está procesando lecciones y resúmenes temáticos de documentos de proyectos, que incluyen créditos y servicios financieros rurales y apoyo a microempresas para la generación de ingresos rurales no agrícolas. Estos materiales, luego de pasar una prueba interna, serán de fácil acceso a través de Internet, todo esto para facilitar la información a otros donantes y profesionales. El Cuadro 7 entrega una visión general de EKSYST, la herramienta del sistema de intercambio de conocimientos desarrollado por FIDA. III. Estrategia futura y Plan de acción del FIDA A. La estrategia del FIDA para el Microfinanciamiento FIDA recurrirá a sus conocimientos especializados y a su red institucional de agencias de donantes bilaterales y multilaterales y a las instituciones de microfinanciamiento para ayudar a apoyar el tremendo desafío de llegar a 100 millones de familias pobres en el mundo con servicios comerciales y financieros hacia el año 2005. Para alcanzar esta meta, FIDA se ha comprometido a asignar hasta un 30% de su cartera a operaciones de microfinanciamiento como componentes integrados de proyectos. En 1997, planeamos que esta cifra sea de US$ 125 millones, con montos similares para años subsiguientes hasta el año 2005. Con un programa de donación y préstamos anuales de US$ 400 a 450 millones, FIDA es una pequeña institución financiera multilateral en términos de niveles totales de asistencia. No obstante, FIDA tiene la ventaja comparativa de que a menudo puede responder con flexibilidad y con soluciones innovadoras a problemas difíciles. Puede utilizar sus recursos en forma catalizadora coordinándose con otros donantes para trabajar en innovaciones ya probadas en el área y ayudar a crear lazos entre proyectos innovadores que sirvan a clientes pobres y recursos del sector formal. La estrategia del FIDA para apoyar al sector de microfinanciamiento está resumida en el Cuadro 8.
B. Plan de acción del FIDA FIDA ha apoyado las actividades de microfinanciamiento como parte de su rol como agencia especializada de las Naciones Unidas por casi dos décadas, y ahora aprovecha la oportunidad que le da la Cumbre para presentar varias iniciativas especiales para incrementar la esfera de llegada a los pobres y aumentar nuestras actividades de microfinanciamiento. FIDA considera que las enormes metas de la Cumbre sólo pueden ser alcanzadas si estos objetivos son abordados en su justa medida: desarrollo de la capacidad, promoción de enfoques innovadores para el microfinanciamiento, mejoramiento de las políticas, coordinación de los donantes y difusión de los conocimientos. Según lo anterior, hemos identificado siete contribuciones que FIDA proyecta hacer: (1) donaciones selectivas para desarrollo de innovaciones y de la capacidad local; (ii) nueva iniciativa de modelo gobierno-cliente; (iii) desarrollo de nuevos instrumentos para colaboración con el sector privado; (iv) una iniciativa de apoyo a la comercialización; (v) una iniciativa de coordinación con los donantes; (vi) una iniciativa de generación y difusión de conocimientos sobre microfinanciamiento rural. A continuación se presenta un resumen de cada una de estas iniciativas: 1. Donaciones para desarrollo de la capacidad e innovación Además de las actuales donaciones de apoyo al microfinanciamiento, FIDA dispondrá recursos adicionales de sus programas de donaciones para fortalecer la capacidad organizacional de una selección de prestadores de servicios de microfinanciamiento altamente prometedores. Estas donaciones estarán diseñadas para ayudar a establecer los cimientos organizacionales sobre los cuales se pueda trabajar con préstamos de gran escala a gobiernos proporcionados por FIDA. FIDA comenzará esta iniciativa colaborando con (i) Grameen Trust en el desarrollo de la ONG Ibn Khaldoun People’s Monetary Fund (Fondo monetario del Pueblo Ibn Khaldoun) para la repetición de un enfoque del banco Grameen en Egipto; (ii) Cashpor in Filipinas, y (iii) CARE en Zimbawe en el desarrollo de modelos innovadores para el uso de intermediarios informales como comercializadores rurales en la provisión de servicios financieros a los más pobres; y (iv) CEPA, el Centro para Estudios y Proyectos de Grupos en Bolivia para una iniciativa de crédito destinada a los pequeños productores en los Andes. Como parte de esta iniciativa, FIDA también fortalecerá su apoyo para Centros de Redes y Capacitación Regionales y Centros de Excelencia, como se les denominan en el Plan de Acción de la Cumbre de Microcrédito. FIDA continuará intensificando su colaboración con las Asociaciones de Crédito Agrícolas Regionales (RACAS) en la Región del Norte de Africa y Medio Oriente (NENARACA), la región de Asia y el Pacífico (APRACA) y colaborará en un intercambio de ideas sobre lecciones de operaciones similares de donaciones que se llevan a cabo en la actualidad, por ejemplo con la Asociación de Crédito Agrícola Regional Africana (AFRACA) y la Confederación Caribeña de Cooperativas de Crédito (CCCU) - Caribbean Confederation of Credit Unions Usaremos, igualmente, nuestra asociación con los donantes bilaterales para multiplicar los recursos adicionales de donación necesarios para desarrollar la capacidad institucional en el contexto de un proyecto de inversión del FIDA. 2. Iniciativa para un modelo Gobierno-cliente FIDA reconoce que debe canalizar sus operaciones de préstamo a través de agencias de gobierno y que estas agencias, por lo general no están muy bien equipadas para apoyar la implementación de los programas de microfinanciamiento, por lo cual FIDA introducirá una iniciativa piloto en la que se creen programas modelos para el apoyo gubernamental en el microfinanciamiento. FIDA trabajará con un grupo selecto de agencias públicas para establecer mecanismos eficientes de desembolso a través de los cuales los préstamos del FIDA puedan ser canalizados para los intermediarios de microfinanciamiento tanto minoristas como mayoristas del sector privado. FIDA coordinará un proyecto de un sistema de contabilidad mutuo en que los clientes - tanto los usuarios finales como los intermediarios financieros - fortalezcan los medios para proporcionar a las agencias gubernamentales retroalimentación sobre su rendimiento para manejar los desembolsos de los proyectos y la implementación de los acuerdos. En forma similar, FIDA asistirá a las agencias gubernamentales en el desarrollo de la capacidad de evaluar y clasificar a los intermediarios de microfinanciamiento minoristas del sector privado. Como parte de su Plan, FIDA intenta establecer tres iniciativas piloto con gobiernos interesados. 3. Desarrollo de Nuevos Instrumentos para Colaborar con el Sector Privado A nivel global, los flujos de capital internacionales privados son cada vez más importantes, junto con la emergencia relacionada de grandes actores multinacionales desde el sector privado como fondos de pensiones y seguros. El rol que estas instituciones puede jugar en impulsar una movilización de fondos que sea efectiva en relación con los costos para el beneficio de los pobres, ha sido pasado por alto prácticamente por completo, aunque se ha demostrado que las tasas financieras de rentabilidad para inversiones en los pobres pueden ser atractivas. FIDA está preparada para asumir un rol proactivo en la administración directa de fondos privados, basándose en su experiencia como institución financiera multilateral de asistencia a los clientes rurales. Ejemplos: colocación de capitales en instituciones prestadoras de servicios de microfinanciamiento nacionales recientemente establecidas y préstamos en grandes cantidades a intermediarios mayoristas que combinan recursos que, en definitiva, benefician a las familias pobres rurales. Por lo tanto, los fondos puestos en depósito con FIDA serían canalizados flexiblemente para oportunidades de inversión identificadas a través de las operaciones del FIDA que están clasificadas como rentables en términos comerciales. 4. Iniciativa de Apoyo a la Comercialización La mayoría de los pobres con trabajo independiente no sólo tienen acceso limitado a los servicios financieros, sino que además se enfrentan a una falta de infraestructura de mercado para los productos de la microempresa. La asistencia externa a los proyectos, en ocasiones, tiene como base el concepto de que las únicas limitaciones que enfrentan los trabajadores pobres independientes son la falta de capital y tecnologías de producción modernas. No obstante, los mercados locales pequeños, por lo general, no tienen la capacidad de absorber grandes aumentos en su producción ni tampoco cuentan con los medios para responder rápidamente a los cambiantes requerimientos de los clientes y productores. En otros casos, faltan vínculos con los mayoristas para mercados urbanos y de exportación. Los obstáculos reales que encaran los pequeños productores y microempresarios rurales, además de la falta de crédito, son (i) altos costos de transacción; (ii) presencia limitada de comercializadores y transportistas; (iii) marcos reguladores de los productos agrícolas mal definidos y poco transparentes y (iv) mala información de mercado. FIDA auspiciará un taller organizado con la Asociación de Crédito Agrícola Regional de Asia-Pacífico (Asia Pacific Regional Agricultural Credit Association) en Indonesia en marzo de 1997, en el cual se compilará y difundirán las lecciones extraídas de la experiencia de instituciones comerciales y financieras que participan en la comercialización de productores rurales pequeños. Se organizarán seminarios y talleres similares en otras regiones. Con esto, FIDA consolidará esta base de conocimientos y compilará un set de recomendaciones prácticas para el diseño de proyectos de inversión del FIDA que tengan por objetivo superar los obstáculos de comercialización que enfrentan las microempresas rurales. Cuando se resuelvan estos problemas se valorará más el microcrédito. 5. Iniciativas para políticas de microfinanciamiento FIDA debe jugar un rol especial en abordar limitaciones de políticas que niegan el acceso de los pobres rurales a los servicios de microfinanciamiento. FIDA trabajará con los gobiernos para:
(1) Quitar el énfasis en la expansión de créditos impulsados por la oferta, es decir la utilización por parte de los donantes de objetivos con plazo fijo para la provisión de créditos, acompañados de tipos de proyectos de préstamos fijos;
6. Iniciativa de coordinación de donantes Los donantes internacionales, por lo general, reconocen la importancia de una mayor coordinación en el apoyo del microfinanciamiento. El Grupo Consultor de Asistencia a los Más Pobres (CGAP - Consultative Group to Assist the Poorest), con sede en el Banco Mundial, del cual FIDA es miembro fundador, es clave en la coordinación de los esfuerzos a escala global. No obstante, los donantes deben crear por sí mismos mecanismos para que los funcionarios de sus agencias colaboren en el campo del apoyo al microfinanciamiento. FIDA trabajará con el CGAP con el objetivo de fortalecer la coordinación de los donantes a nivel nacional impulsando la creación de grupos de trabajo de donantes sobre el microfinanciamiento en los países en que se impulsan iniciativas de microfinanciamiento. FIDA también tiene programado organizar conferencias electrónicas regionales periódicas a través de INTERNET con los donantes interesados en coordinar esfuerzos de apoyo al sector del microfinanciamiento. En estos esfuerzos, solicitaremos la participación de prestadores de servicios de microfinanciamiento. El diseño y la implementación exitosa de intervenciones de microfinanciamiento son temas complejos y requieren que los donantes compartan completamente la creencia de que el microfinanciamiento no es un esfuerzo auxiliar, sino una pieza central de una estrategia integral para liberar el potencial de las economías del sector informal. FIDA trabajará dentro del contexto del CGAP para ayudar a asegurar que las instituciones donantes "encaucen" cada vez más el microfinanciamiento en sus estrategias y operaciones de mitigación de la pobreza. 7. Iniciativa de generación y difusión de conocimientos de microfinanciamiento rural Como se estableció en la visión del FIDA, presentada al principio de este documento, el objetivo del FIDA es fortalecer su rol como Organización de Conocimiento. Por lo tanto, estamos intensificando nuestros esfuerzos para compartir las lecciones aprendidas de nuestra propia experiencia y capturar y utilizar los conocimientos y perspectivas que han ganado los demás. Nuestro Sistema de Conocimientos de Evaluación computarizado (EKSYST) (descrito en el Cuadro 7) es uno de los instrumentos claves para este propósito. Los talleres de profesionales, expertos, las publicaciones y sesiones de capacitación se utilizarán como herramientas de difusión. Esta función de generación y difusión de conocimientos proporcionará un medio para que los funcionarios del FIDA y sus socios aprovechen la riqueza de la información que se genera a partir de las políticas y prácticas de microfinanciamiento. Con respecto a esto, FIDA desea colaborar con esfuerzos para la generación de conocimientos de otros donantes como por ejemplo el proyecto de investigación de Mejores Prácticas de Microempresas de USAID. FIDA también intenta utilizar su plataforma y red institucional para continuar organizando conferencias y talleres sobre aspectos claves relacionados con la presentación de conocimientos de las mejores prácticas en microfinanciamiento rural. A corto plazo, FIDA tiene programado participar en la organización de una conferencia sobre la banca en poblados con GTZ, FINCA, Raiffeisen y Results-Germany. FIDA también ofrece participar en la organización - y ser un posible anfitrión - de reuniones de control de la Cumbre del Microcrédito, dependiendo del consenso con los otros grupos de donantes y profesionales. Como conclusión, FIDA reconoce la importancia de las metas de la Cumbre del Microcrédito y está comprometida a contribuir para alcanzar estos desafiantes objetivos. A la luz de casi dos décadas de experiencia en el sector y del mandato institucional especial del FIDA, presentamos este plan de acción como parte de un esfuerzo de su equipo internacional para mejorar la entrega de los servicios financieros a los pobres de todo el mundo. Se trata de un esfuerzo del cual estamos honrados de participar.
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